Cerca de seis horas diarias, a veces más, a veces menos, usando el Google Maps satelital para encontrar la esquina en la cual una mujer de Burzaco dijo subirse al 160 que viene para Capital, o el destino exacto de unas chicas que se levantan a las cinco de la mañana para ir al Liceo Militar de Villa Ballester, cuyos requisitos de ingreso ordenan sobre todo no tener antecedentes desfavorables, personales o de familia, y un buen estado físico: suficiente como para correr 800 m. seguidos y conservar un ritmo cardíaco y respiratorio que le reserve al solicitante un lugar en el dream team de la mens sana in corpore sano. Un empleo inestable en la biopolítica censal, la que para guías telefónicas comerciales, asuntos jurídicos y por cuestiones de publicidad, adquiere un nombre corporativo que bien podría constar de siglas, un concepto o un apellido; en este último caso, el de quién vaya a sentarse a una mesa lustrosa de un estudio televisivo de noticias 24 hs. con datos matemáticos, de gran fiabilidad para la audiencia y un abstracto poder de legitimación, acerca de –aleatoriamente– la así llamada inseguridad, un boca de urna, o los medios de transporte que se utilizan en GBA y Ciudad de Buenos Aires.
Una relación indirecta con quienes se desplazan por el territorio, un recorrido que se reconstruye con la premisa de callar lo que no sea pasible de traducirse en porcentaje y que por eso mismo aflora como la gran pregunta: pregunta por un hogar, una cara, una vida, pero no sólo por eso. Hay personas que caminan 60 cuadras porque no tienen plata para pagar un boleto y así la real falta de menos de dos pesos impone también una economía particular del tiempo y una relación distinta con el espacio. Hay otras que todos los días se toman un tren, un colectivo y hacen combinación en el subte para llegar hasta el trabajo y sentarse ocho o diez horas a hacer una tarea probablemente mal remunerada no sabemos en qué términos de contratación.
Hay barrios que tienen calles con nombres como Golfers Golf Club, hay cerca de veinte manzanas con una alta proporción de superficies verdes y tejas naranja oscuro y rectángulos más chicos que la tecla Esc pero de un celeste encendido, en los que se adivinan: parques, techos y piletas, respectivamente. El uso que de estas instalaciones se hace, está delimitado por las calles Los Tulipanes, Las Magnolias, Los Jazmines, Los Narcisos, Las Azucenas, Los Crisantemos y otras flores que marcan el sentido de la circulación de automóviles particulares y transporte público en el tercer cordón del Conurbano Bonaerense; más precisamente, en una localidad con nombre de sacerdote vocal de la Primera Junta.
Se puede imaginar una escala visual de la concentración de la población según la zona, avanzar hacia la construcción de un esquema provisional para hacer un ejercicio mental del orden, y así y todo, hay agrupamientos de viviendas que terminan abruptamente en una calle al azar, cruzando la cual se ve sólo campo. Una vez viajé desde La Boca hasta la playa arrastrando el mapa con el cursor y me acuerdo que en la Costa Atlántica las ciudades balnearias parecían más que nada blancas, de un blanco percudido, del tono de granito que tienen algunos monumentos o nichos o construcciones de ese estilo particular que ahora no podría especificar. No fue en el tiempo de almuerzo, el viaje.
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http://maps.google.com.ar/
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Una relación indirecta con quienes se desplazan por el territorio, un recorrido que se reconstruye con la premisa de callar lo que no sea pasible de traducirse en porcentaje y que por eso mismo aflora como la gran pregunta: pregunta por un hogar, una cara, una vida, pero no sólo por eso. Hay personas que caminan 60 cuadras porque no tienen plata para pagar un boleto y así la real falta de menos de dos pesos impone también una economía particular del tiempo y una relación distinta con el espacio. Hay otras que todos los días se toman un tren, un colectivo y hacen combinación en el subte para llegar hasta el trabajo y sentarse ocho o diez horas a hacer una tarea probablemente mal remunerada no sabemos en qué términos de contratación.
Hay barrios que tienen calles con nombres como Golfers Golf Club, hay cerca de veinte manzanas con una alta proporción de superficies verdes y tejas naranja oscuro y rectángulos más chicos que la tecla Esc pero de un celeste encendido, en los que se adivinan: parques, techos y piletas, respectivamente. El uso que de estas instalaciones se hace, está delimitado por las calles Los Tulipanes, Las Magnolias, Los Jazmines, Los Narcisos, Las Azucenas, Los Crisantemos y otras flores que marcan el sentido de la circulación de automóviles particulares y transporte público en el tercer cordón del Conurbano Bonaerense; más precisamente, en una localidad con nombre de sacerdote vocal de la Primera Junta.
Se puede imaginar una escala visual de la concentración de la población según la zona, avanzar hacia la construcción de un esquema provisional para hacer un ejercicio mental del orden, y así y todo, hay agrupamientos de viviendas que terminan abruptamente en una calle al azar, cruzando la cual se ve sólo campo. Una vez viajé desde La Boca hasta la playa arrastrando el mapa con el cursor y me acuerdo que en la Costa Atlántica las ciudades balnearias parecían más que nada blancas, de un blanco percudido, del tono de granito que tienen algunos monumentos o nichos o construcciones de ese estilo particular que ahora no podría especificar. No fue en el tiempo de almuerzo, el viaje.
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http://maps.google.com.ar/
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7 comentarios:
grosso. probaste con google earth? un vicio malllll.
te dejo el link para bajarte la revis no damos cátedra, hay algunos textitos por el estilo.
http://www.esnips.com/doc/ec354651-3098-43ae-9d61-0419a59c14bf/No-damos-c%C3%A1tedra.
sí, es terrible. pega. el mapa online satelital creo que es muy parecido.
lxs leeré.
uh, me gustaría leerlo todo en mis vacaciones. me lo pasás?
Simplemente amo tus escritos
buenisimo carli
sos una genia
:$
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